lunes, 29 de agosto de 2011

Vida

Hay días difíciles en que las cosas no salen como uno quisiera, que por más que te esmeres, todo acaba saliéndote mal. Si esos días se agrupan en exceso, pueden convertirse en épocas fatídicas. Algunas épocas demasiado largas pueden quitarte la sonrisa de la cara, pero aún así, eres tú quien realmente ha decidido dejar de sonreír, porque por unos u otros motivos, sólo miras aquellas cosas negativas, olvidando los aspectos positivos que tiene tu vida. Por más que pensemos que todo marcha a peor, que se suceden los momentos tristes, siempre tendremos momentos por los que sacar una sonrisa, algunos momentos que por ínfimos que parezcan, son los que realmente construyen nuestra vida, y los que sin duda no deben olvidarse. Puede que des todo por perdido, que te sientas solo, que nada consiga animarte, que lleves demasiado tiempo sin alegrías, que te vengas abajo y no seas capaz de alzarte de nuevo; pero aún así, seguirás teniendo motivos para continuar. Debemos vivir nuestro presente habiendo aprendido del pasado y considerando las repercusiones que podamos causar al futuro, pero siempre con los pies en la tierra. Como en todo ciclo, debemos caernos para aprender a levantarnos, y cuando consigamos hacerlo, seremos un poco más fuertes y un poco más sabios. Si algo nos hace humanos es el sufrimiento, es el que nos recuerda que somos frágiles, que podemos caer, pero también que podemos aprender. Por más que te sientas afligido, por más que te cueste levantarte cada mañana; mírate al espejo, sonríe, estás ahí, la vida continúa, y quién sabe qué te deparará el mañana.

2 comentarios:

  1. Oh, que vitalista, me llena de orgullo y satisfacción poder leer tu positivismo, muy Nietzscheriano y contagioso, me gusta que pienses en que la vida es un ciclo y que las cosas malas y buenas van y viene, pero siempre ante todo la continuidad de la vida ^^

    ResponderEliminar
  2. Sabes de sobras que soy muy nietzscheano ;)

    Un saludo y gracias por pasarte.

    ResponderEliminar